Julio Cortázar

El escritor que comenzó a tramar su obra en Mendoza

¿Sabías que Julio Cortázar vivió en Mendoza? Uno de los autores más innovadores y originales de todos los tiempos vino a la provincia para dar clases en la Universidad Nacional de Cuyo. En ese entonces, con tan solo 29 años, no sabía aún que se convertiría en el inolvidable escritor de Rayuela y una extensa colección de textos que romperían con los moldes literarios de su época. Precisamente, fue en Mendoza donde comenzó a tramar las historias que luego recorrerían el mundo entero.

“Mendoza -creo que usted conoce- es una bella ciudad, rumorosa de acequias y de altos árboles, con la montaña a tan poca distancia que uno puede ir a estudiar a los cerros; yo lo haré apenas haya organizado algo más mi vida y mi trabajo. No le negaré que siento -casi físicamente- los 1.000 kilómetros que me separan de Buenos Aires; pero de algo ha de servirme ahora mi prolijo, minucioso entrenamiento para la soledad”, contaba Cortázar a su amiga Mercedes Arias, en una carta que le envió después de arribar a la provincia.

Largázar, tal como los amigos lo llamaban por lo espigado de su figura, llegó a Mendoza el 8 de julio de 1944. Se radicó primero en una pensión de la calle Necochea 747. Luego se mudó a una casa en Las Heras 282 de Godoy Cruz. Meses después encontró residencia en Martínez de Rozas 955. Venía de ser maestro de secundaria en Chivilcoy, ansioso por convertirse en profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo. Un salto académico que vivió con mucho entusiasmo.

“¡Los mendocinos me han sorprendido! La Facultad tiene un club universitario hermosamente decorado, que ocupa varias habitaciones de un subsuelo. Hay allí bar, discoteca con abundante «boggie-woogie», banderines de todas las universidades de América, y tanto profesores como alumnos van allá a charlar, seguir una clase inconclusa, beber e incluso bailar. ¿Cree usted posible eso en Mendoza? A mí me pareció, cuando me llevaron que entraba en Harvard, o Cornell; todo menos aquí”, le describió a Arias.

En otra carta a su amiga Lucienne de Duprat, Cortázar decía: “Llevo aquí un mes y estoy profundamente satisfecho (…) estos meses de universidad quedarán como un sueño agradable en la memoria. Piense usted ¡es la primera vez que enseño las materias que prefiero! Es la primera vez que puedo entrar a un curso superior y pronunciar el nombre de Baudelaire, citar una frase de John Keats, ofrecer una traducción de Rilke. Esto se traduce en felicidad”.

Pero no todo sería alegría para el joven intelectual. Cuando Cortázar permaneció en Mendoza el país estaba gobernado por un convulsionado clima político en medio del ascenso del coronel Juan Domingo Perón. Estas disputas no eran ajenas al interior de la universidad y terminaron por desalentar al reciente profesor de tres cátedras: dos de Literatura Francesa y una de Europa Septentrional. A medida que se demoraba su objetivo de convertirse en profesor titular, Cortázar imaginaba nuevos rumbos para su vida.

Un año y medio después se recluyó en Buenos Aires. «(…) un hombre debe a veces romper amarras de afecto y olvidar posibles ventajas materiales, si su vocación auténtica reclama otra calidad de vida, otro horizonte de acción. (…)», escribió a los alumnos del Centro de Estudiantes que le pedían que volviera. Distanciado de la docencia se dedicó a traducir y por sobre todas las cosas a escribir. No volvería más a pisar la provincia hasta 1973 durante un viaje fugaz en el que recordó con nostalgia su juventud.

Se despidió con una carta publicada en diario Los Andes en la que decía: «(…) te busqué, Mendoza, porque te quiero desde muy lejanos tiempos, desde una juventud que se niega a morir en vos y en mí ahora que nos encontramos otra vez, como si veintiocho años no hubieran pasado por tus calles o mi cara. Y sos la de siempre, me das otra vez el rumor del agua en la noche, el perfume de tus plazas profundas. (…) qué recompensa me das hoy, Mendoza, puerta de mi casa, amiga fiel que me sonríe».

Biografía

Julio Cortázar (Bruselas 1914 – París 1984) Escritor, profesor y traductor argentino. Incursionó en el cuento, la poética, la narración breve y las novelas. Inauguró una nueva forma de hacer literatura.  Su obra transita la frontera entre lo real y lo fantástico. Fue uno de los exponentes centrales del boom latinoamericano. Entre su prolífica obra destaca: Rayuela, Historias de cronopios y de famas, Bestiario y Final del juego.

Recomendaciones

Si te interesa este tema, te recomendamos leer “Cortázar en Mendoza” escrito por Jaime Correas. Pedilo en la biblioteca de tu departamento. También podés ver el documental “Cortázar en Mendoza” dirigido por Mariano Donoso y disponible en Youtube.

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